Resumen y comentarios de un cursante sobre el módulo 1 del Diplomado en Logoterapia en línea – Javier Carlo
Por: Javier Carlo
El material de este primer módulo del Diplomado en Logoterapia ha sido uno muy enriquecedor y una experiencia refrescante. Como consejero profesional y como pastor evangélico, pienso que los recursos y herramientas que ofrece esta escuela de pensamiento pueden aportar muchísimo a mi labor profesional y pastoral. Mientras lo estudiaba pensaba en la multitud de situaciones que pueden llegar a nuestra práctica que podrían ser atendidas utilizando este enfoque, desde situaciones de índole existencial, situaciones de crisis, pérdida, duelo, ideación suicida y la búsqueda sincera de sentido a la vida.
Un aspecto importante es que esta introducción nos presenta al hombre detrás de la teoría. Su historia y sus vivencias, de las cuales conocía algunas, nos permite entender la génesis de los postulados de su marco teórico. Se trata de una filosofía de vida que surge a partir de la experiencia del dolor y la confrontación de hombre con su propio vacío existencial, su vulnerabilidad y los planteamientos que emergen al cuestionar el sentido de su propia humanidad. En este sentido, la logoterapia busca responder las interrogantes del mayor problema humano.
La historia de la vida de Frankl nos inicia en la comprensión de la fuente de su pensamiento y teoría; el crisol de las experiencias más dolorosas en el contexto de la Alemania nazi. Sus vivencias en los campos de concentración, el haber sido despojado de todo cuanto amaba, sus familiares, su profesión, su manuscrito, su vestimenta, su dignidad humana y el intento de borrar su identidad, le dejan totalmente desnudo. Me intriga la idea de cómo hubiese escrito su libro (el manuscrito que le fue quitado) sin la experiencia vivida. Fueron estas duras experiencias las que lo llevaron a la conclusión de que el ser humano es capaz de encontrar sentido aun en medio del dolor.
A mi entender, el hecho de que el ser humano pueda decidir quién quiere llegar a ser, a pesar de sus condicionamientos es clave, porque lo hace responsable de vida. Este principio me habla del libre albedrío. Libertad que nos debe llevar a ser constructores de una existencia valiosa, en relación con los demás, y a la trascendencia. El valor no solo terapéutico, sino además preventivo de la logoterapia nos puede conducir a evitar las conductas de riesgo, y a procurar medidas protectoras. El valor del servicio a una causa, a atender una necesidad, y la apreciación de lo estético le brindan sentido nuestra existencia más allá de nuestras posesiones y éxitos. Podemos así vivir dejando una huella en la vida. Vivir en lugar de existir.
Me llama la atención la importancia de la cosmovisión de la persona en este marco teórico, y de cómo el tener una visión incorrecta de la vida puede llevarnos al sufrimiento. Es la labor del terapeuta clarificar y ordenar los argumentos que llevan a la persona a tener una visión incorrecta ante la vida. Todos tenemos creencias constructivas y creencias limitantes, particularmente asociadas a las siguientes categorías: yo, los demás, la vida, el mundo y Dios. Las creencias que tenemos en estas categorías deben ser revisadas y de ser necesario modificadas. Otro aspecto importante es la visión de futuro. Necesitamos visualizar nuestro futuro para poder tener un proyecto de vida que de sentido a nuestro presente.
Tanto las herramientas como el logodiario como el cuestionario para nuestros holocaustos me han sido muy útiles en este inicio para aplicar los conceptos de la logoterapia a mi vida. Pienso utilizarlo tanto en la consejería profesional como pastoral. También he podido compartir algo de las vivencias de Frankl en mis sermones a la congregación que pastoreo. Me interesa como estos principios pueden ser integrados con mi fe cristiana y la teología en general. Además, me interesa la manera en que sus recursos pueden ser utilizados junto con los de otras teorías, como la terapia cognitiva conductual y la racional emotiva y conductual.