Comentario de un cursante sobre el módulo 3 del Diplomado en Logoterapia en línea – Lourdes Castro
Por: Lourdes Castro
Gracias, todo está muy interesante y claro. Voy avanzando y me va gustando cada vez más. Este tema de los sentimientos me parece muy apasionante. Hay un libro de Daniel Goleman, que estoy considerando leer de nuevo, Emociones destructivas. Este tema me parece muy crucial en mi vida personal y en mi trabajo en la consulta diaria. Personalmente, trato de estarme revisando constantemente cómo me siento, qué está pasando en mi vida en equis momento. Al ponerle nombre a cómo me siento, me permite darme cuenta si estoy siendo congruente con lo que pienso y lo que estoy diciendo y haciendo. A mis pacientes les digo que debemos estar alineados entre lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos. Y no sólo hago introspección constante sino que observo dónde estoy sintiendo lo que siento, en qué parte de mi cuerpo. Cuando le pongo nombre y lo ubico, puedo manejarlo más fácilmente. De manera personal y con mis pacientes, trabajo en un hospital, hago yo y con ellos y ellas, el ejercicio de ponerle nombre a lo que se siente. Trabajamos la importancia de esto porque considero que algo que no se nombra no se puede identificar y mucho menos trabajar. Si estoy enojada y no puedo llamarle por su nombre, no identifico ese sentimiento en mí, no lo puedo trabajar. En ocasiones no es sencillo identificarlos. Al referirme al libro que menciono anteriormente, lo hago porque ha sido una gran herramienta para mí el poder saber los nombres de los sentimientos, cómo se sienten, por qué se sienten. En alguna parte refiere que los sentimientos no se pueden evitar, no gobernamos sobre ellos, pero sí sobre el manejo que hacemos con ellos, la forma como los expresamos. Estar enojada no es problema, cómo expreso mi enojo sí puede serlo. Hay un sentimiento en particular que me llama mucho la atención desde hace mucho tiempo. El enojo. En el trabajo diario puedo observar que por muchas circunstancias las personas podemos estar enojadas: nos enoja el tráfico, nos enoja la inseguridad, no enoja la situación del país, nos enoja encontrar o ver una sociedad carente de valores…. nos enojan muchas cosas. Y este enojo no se trabaja adecuadamente y se vuelca sobre otra persona. Entonces se le avienta el coche, se le insulta al que no se mueve en el tráfico, etc., y observo que no hay manejo adecuado de este sentimiento. Observo también, que en el proceso de duelo, muchas personas se quedan atoradas, están enojadas con los médicos, con Dios, con la persona que ha fallecido, con la familia, consigo mismas, etc. Y cuando se pueden dar cuenta, primeramente que están enojadas, después con quién están enojadas y por qué, entonces pueden ir haciendo el cambio y van encontrado más sentido a lo que ha pasado. También considero que una parte fundamental en el poder ser empáticas o empáticos es en poder “escuchar” lo que la otra persona está sintiendo. Si no escucho lo que sientes, sólo estoy escuchando lo que dices. Podemos repetir como tarabillas lo que la otra persona dijo, pero no tan fácilmente poderle decir lo que está expresando que siente. |