Resumen de un cursante sobre el módulo 6 del Diplomado en Logoterapia en línea – Jesús Bram Quezada
Por: Jesús Bram Quezada
Me parece algo fascinante, algo que de vez en cuando ronda por mis pensamientos: “mientras más estudio y sé, más me doy cuenta que no sé nada” a veces considero que realmente no sé nada, pero lo que ahora sé, es que lo que he aprendido lo he llevado a mi vida, a mi actuar y pensar diario, justo hace algunos meses mi madre sufría de una extraña falta de aire, que al parecer era por problemas cardiacos, cuando la acompañé con el especialista justo fue eso, había sufrido de un microinfarto, su problema cardiaco ya databa de hace posiblemente diez años, fue un golpe muy duro que el cardiólogo nos dijera prácticamente: “es un milagro que siga aquí”, ella tenía dificultades para respirar debido a que sus pulmones retenían líquido y tenía un pedazo de corazón muerto, sin olvidar la posible diabetes; cuando mis padres se separaron fue un gran dolor para mí, a pesar de tener 22 años cuando sucedió, pero lo que he aprendido con mis lecturas, estudios y por supuesto en este diplomado que me ha ayudado a ver más allá, he aprendido que en todo momento la actitud (sin minimizar toda la teoría) es primordial en todos los aspectos y en todo momento, he ayudado a mi familia a seguir adelante y ellos a mí de igual forma, creo que estamos más unidos que nunca, todo lo bueno que ha venido de mí es gracias a la Logoterapia y Filosofía, yo no podría ser un mejor yo sin estas dos grandes maestras.
Cuando el doctor nos mostró los resultados, voltee a ver a mi madre y recuerdo su semblante estoico, comprendí que mantenía su estandarte en lo alto, no a manera de resistir la noticia, sino una mirada en Sentido y valor, fueron pocos segundos en los cuales comprendí toda la enseñanza de Frankl dentro de esa mujer, después de esos pocos segundos gire de nuevo hacia ella y le dije en forma de broma: “Vaya ma’ 10 años, imagínate, ¿quién me hubiese dado de comer todo este tiempo?” A lo cual ella río, ante la mirada estupefacta del médico por la manera en que comenzamos a bromear, yo sabía que ella lo tomaría del mejor modo posible, en ese momento comprendí de donde venía toda mi resiliencia, toda la fortaleza personal, esas ganas de seguir adelante a pesar de todo, todo ese estoicismo y valor, ¡Hasta el humor! En ese momento ella también comprendió lo que yo tantas veces le decía: “eres una gran mujer, tienes una gran fortaleza y de ti viene nuestra fortaleza”. Ella no se dejó derribar por nada ni nadie, a pesar de los medicamentos y cuidados que fueron requeridos por el médico, yo hice mi parte como hijo, psicólogo y ahora diplomado en Logoterapia (con más de dos años de haberme enamorado de la Logoterapia), siempre estar atento ante lo que le puedo entregar a la vida, mi familia ha sido mis oídos cuando hablo acerca de lo que he aprendido y en ellos siempre hay amor. Actualmente ella se encuentra bastante bien, su corazón está vivo y trabajando sin complicación (gracias a ella y los medicamentos), se pretendía recuperar la mayor parte posible del corazón dañado y se recuperó en su totalidad. En el proceso ella jamás se derrumbó, jamás se preocupó, siempre bromeábamos, ella siguió su ritmo de vida, no se fijó en sus síntomas más de lo necesario, por supuesto se cuidaba, pero ella no era su problema, ella no era su síntoma, ella se distanció de la condición. Quizá con el ejemplo de mi madre resuma de alguna manera lo que Frankl no quería transmitir. Creo que a pesar de los problemas personales, familiares y sociales, cuando un Ser Humano le dice SI a la vida, se descubre su verdadero Ser y le da sentido como Humano. Muchas gracias.
Jesus Bram Quezada 14 de abril de 2017. |