Resumen de un cursante sobre el módulo 6 del Diplomado en Logoterapia en línea – María Cristina García Barragán
Por: María Cristina García Barragán de la Peña.
“El concepto de resiliencia y la Logoterapia.”
MÓDULO 6 Al terminar de estudiar este módulo caí en cuenta que si aplico las herramientas y los conocimientos adquiridos sobre la propuesta psicológica de Viktor Frankl y la Logoterapia, me es más fácil reconocerme como una mujer consciente de sus limitaciones y errores, pero valiente para superar las pérdidas y derrotas. Todos los seres humanos vivimos crisis y periodos de dolor o carencia, ello ocurre por la maravillosa naturaleza humana de reconocerse como individuo, esto es un ser único y con consciencia de sí mismo. Lo anterior es lo que nos diferencia de los animales, sin embargo, también lo que nos genera experiencias de sufrimiento, culpa y muerte. Como lo planteaba Kierkegaard, padre de la filosofía existencial-humanista, la angustia, la culpa y el sufrimiento son sentimientos que provocan la conciencia de humanidad. Heidegger en su búsqueda de distinguir al “Ser” del “Ente”, este último base del estudio del ser humano desde la perspectiva científica y por el contrario el “Ser” base de la ontología fundamental, plantea al “Dasein”, estar en el mundo, la tensión pura entre pasado, presente y futuro que es lo que constituye al ser humano, pero como un ser para la muerte, lo que provoca terror, angustia, sensación de nada, “Un ser arrojado a su existencia”. Jean Paul Sartre, el filósofo existencialista más conocido debido a su aporte novelístico, considera que es en la angustia donde el ser humano adquiere conciencia de su libertad, de su “nada”, de su condenación a ser libre. Para Karl Jaspers las situaciones límite, la muerte, el sufrimiento, la lucha y la culpa son las que nos permiten tomar conciencia de nuestra existencia. Como vemos en las anteriores líneas, los filósofos existencialistas logran explicar la diferencia entre el ente y el ser, sin embargo, el planteamiento es en general negativo, principalmente en la visión de Heidegger y Sartre. Es primero con la Psicología Humanista, con la propuesta de Abraham Maslow y su teoría de la autorrealización, mediante su pirámide de necesidades, que se empieza a vislumbrar la posibilidad de un sentido de la vida, sin embargo, la omisión de la dimensión del sufrimiento y las limitantes humanas hacen de esta corriente una utopía. En virtud de la experiencia de la triada trágica, como la denomina Frankl, es que la vida tiene sentido, sin éste sólo se encuentra vacío, miedo, angustia y la muerte, lo difícil es entender y encontrar el sentido individual, la razón de la existencia. Por ello es que las herramientas Logoterapéuticas facilitan y dan apoyo en el camino de crecimiento en la crisis, además de que permiten el autoconocimiento y la autovaloración lo que lleva a la autotrascendencia, lo que nos dirige al amor. Lo importante es comprender que tenemos la responsabilidad de vivir, de trascender, a pesar de la adversidad, que es ésta la que nos permite crecer y desarrollarnos en función de nuestra humanidad. Como lo plantea Boris Cyrulnik con su concepto de resiliencia, es esta capacidad la que nos permite superar las dificultades y aprender a vivir en amor, a desarrollar la tercera forma de inteligencia, la espiritual. Para concluir con este ensayo puedo señalar que el estudio de la Logoterapia me ayudó y continúa ayudándome a caminar mi vida con propósito, siendo libre y responsable; encontrando las oportunidades en todos los errores, dando sentido a todos los sinsabores y luchando para alcanzar la plenitud en el amor. En mi vida se ve claramente la aplicación de la frase de Viktor Frankl respecto a que hay dos grandes días en la vida de una persona, el día en que nace y el día en que descubre para qué, yo empecé a vivir cuando descubrí que mi para qué es Amar. María Cristina García Barragán de la Peña. |