Resumen y comentarios de un cursante sobre el módulo 2 del Diplomado en Logoterapia en línea – Juan Carlos Jorge González
Por: Juan Carlos Jorge González
Una de las ideas que más resuena en mí del material que estoy trabajando es la postura que tomamos ante la vida. Esa cosmovisión que nos posiciona frente a nuestro mundo, dándole sentido y como, precisamente, esa posición es la que determina la forma en que nos afecta. Siguiendo lo que Viktor Frankl plantea, incluso en las situaciones dramáticas, donde podemos ser capaces de trascender y de encontrar sentido, abriendo nuevas perspectivas y transformándolo en un logro personal.
Dentro de las aplicaciones de la Logoterapia, y frente a modelos netamente clínicos me interesa su amplísima aplicación a nivel preventivo orientado a la personas, lo que en el material se denomina Psicohigiene. Destacar dentro de las técnicas señaladas la intención paradójica, la derreflexión, la modificación de actitudes, la ampliación del campo de visión, la visualización, fantasía guiada, la confrontación, la búsqueda de alternativas significativas, el diálogo existencial analítico, la interpretación de los sueños, la meditación logoterapéutica, la metáfora como herramienta de autodescubrimiento, el logodiario, y algo tan importante como la relación paciente – terapeuta. Estrategias en las que espero poder seguir profundizando. Las propuestas que hace la Logoterapia para tu vida personal son unas herramientas fantásticas que nos ayudan precisamente a trabajar esa psicohigiene haciendo que reflexionemos sobre esa cosmovisión que podamos tener y reorientarla de forma que nos permita vivir con sentido/s positivo/s y pleno/s, aún en las situaciones complicadas de la vida. Desde mi punto de vista sería empezar una toma de conciencia de sí mismo frente a nosotros, nuestro entorno y personas que se encuentran en él, y hacia nuestra espiritualidad. Digo toma de conciencia y no ampliación de conciencia como refiere el material, precisamente porque solemos, en muchos casos, carecer de esa conciencia y sentido hasta que no hacemos esa reflexión. Para mi es una clara señal de alerta que nos invita a parar y comenzar ese trabajo personal. Otra de las cuestiones centrales para mí es aclarar qué significa sentido. A través de la tradición, la literatura, la filosofía e incluso del cine se hace referencia al sentido de la vida. La perspectiva que se nos plantea es muy interesante y me permite valorar la explicación desde diferentes puntos de vista. Se habla de ideales y valores que guían nuestra vida y nos permiten autotrascender cuando vivimos en función de estos. “Ser humano significa ser encarando sentidos para realizar y valores para realizar”. Pero no hablamos de un sentido único y general para todos, desde esta perspectiva se habla de tantos sentidos como personas, e incluso de diferentes sentidos para la misma persona en función del momento de la vida en que se encuentre. Habla incluso de hora en hora. Y que la ausencia de sentido, en cada cosa que hacemos es lo que nos genera inquietud. No obstante hay sentidos compartidos por seres humanos en una sociedad y, aún más, a través de la historia. Sentidos que se refieren a la condición humana. Estos sentidos son los que entendemos por valores. La conciencia del hombre es quien nos guía en nuestra búsqueda de sentido, y esta es la capacidad intuitiva del hombre para descubrir el sentido de una situación. La situación actual de nuestras sociedades, donde las tradiciones se van perdiendo y desvaneciendo, hace que los valores universales están en decadencia. Y esto lleva a que muchas personas se encuentren con sentimientos de apatía y vacío, de vacío existencial. Desde la Logoterapia se propone que se oriente y se refiera a la propia conciencia de las personas para que a partir de ahí se recupere esa búsqueda de sentido. Cuando habla de valores diferencia tres grupos principales. Valores creativos experienciales y actitudinales. Tres maneras principales en las cuales el hombre puede descubrir sentidos en su vida. Los valores creativos nos llevan a aquello que el hombre da al mundo y en términos de su creación. Los experienciales a través de aquello que tomamos del mundo en términos de encuentros y experiencias. Y los actitudinales a través de la postura que asumimos en caso de tener que enfrentar un destino que no podemos modificar. Es por eso que la vida nunca cesa de tener sentido. Aún aquellas personas privadas de los valores de creación y vivencia, permanecen desafiadas por un sentido por realizar, esto es el sentido que se descubre a través de un modo digno de sufrir. Sobre el sufrimiento no se habla desde un punto de resignación sino se enfatiza que hay que evitar el sufrimiento todo lo que se pueda. Pero con el sufrimiento ineludible, tan pronto como un destino penoso no pueda ser modificado, no solo debe ser aceptado sino que también puede ser transmutado en algo significativo, en un logro. Esta perspectiva cambia por completo la visión del sufrimiento y es la principal enseñanza que saco en la lectura de “El hombre en busca de sentido”. Profundizando en ello la idea sobre la triada trágica de la existencia humana lo explica muy bien. El dolor, la culpa y la muerte que une a la humanidad pero desde un abordaje optimista de la vida, en tanto enseña que no existen aspectos trágicos y negativos que no puedan ser transmutados en logro significativo a partir de la posición que asumamos ante ella. El caso del dolor, uno toma posición ante el destino personal. De otra manera, el sufrimiento no tendría sentido. En el caso de la culpa, de alguna forma, la posición que uno asume, es una posición ante sí mismo. El destino no puede ser cambiado, pero el hombre si puede cambiarse a sí mismo. Es una prerrogativa del ser humano, y un constituyente de la existencia humana, el de ser capaz de madurar y realizarse a sí mismo. En otras palabras, es un privilegio humano el sentirse culpable, y su responsabilidad la de superar esa culpa. El tercer aspecto de la triada trágica de la existencia humana, la transitoriedad de la vida. En el pasado nada está perdido irreparablemente sino preservado y a salvo. Lo que hemos hecho no puede ser deshecho. Esto hace a la responsabilidad del hombre, porque de cara la transitoriedad desde su vida, es el responsable del uso que va de lo que le ofrece el pasado para actualizar sus potencias, realizar valores, sean creativos, experienciales actitudinales. Conceptos, ideas, teorías, técnicas, reflexiones que sobre todo me plantean y me instan a parar la maquinaria de la vida y replantear el sentido no ya general de todo, sino de cada actividad cotidiana. Cuestionar mi propia cosmovisión de todo mi mundo e identificar, cuestionar y replantear los sentidos. La clasificación de esos sentidos, tanto del momento, como de la vida como tarea, y por último el suprasentido, me resultan herramientas muy útiles para ello, tanto a nivel personal como profesional.
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