Resumen y comentarios de un cursante sobre el módulo 2 del Diplomado en Logoterapia en línea – Alejandra Pasetto
Por: Alejandra Pasetto
A modo de introducción:Todo inicio con una tragedia familiar. Son esos momentos críticos en los cuales toda tu vida se ve afectada y para siempre. Hace 15 años, el suicidio de mi padre, me hizo tomar consciencia de la autodestrucción y de sus efectos colaterales: ser familiar de un suicida.
Antes de esta circunstancia tan terrible como particular, creo que vivía porque respiraba. No era consciente de mí ni de mis circunstancias. Hoy revivo esa sensación de vació, de vivir por vivir, como si solo fuera completar las formas, cumplir un trámite. Pero había una inquietud, había un empuje, una búsqueda… algo percibido como muy lejano dentro de mí, que hoy recién lo puedo pensar, lo puedo “ver” con total claridad. Y es como refiere la Teoría: constituye esa fuerza primaria en busca de una meta, de “un algo” que nos proporcionará satisfacción, que nos aliviará de un vacio.
Solo después de haber vivido este suceso tremendo, pude “re-accionar” mirando desde el dolor de ser, involuntariamente, como la hija de un suicida, y preguntarme ¿cómo sería mi vida después de esto? Fue una de las razones por las que se me ocurrió averiguar que era el suicidio, por temor a que nos volviera a suceder.
No sé si tenía claro cómo lo haría, solo puedo decir que una vez aceptada la idea como misión, los acontecimientos que delimitaban el camino a seguir, se fueron dando solos. Y comencé a sentir un fuerte impulso, una fuerza, un poder, que no había experimentado en otras situaciones a lo largo de mi vida. Lo cual me intrigaba porque parecía como desubicado que en medio de tanto dolor, yo aceptará hacer un curso que después me sirvió en las intervenciones, o escuchar una charla con personas significativas o concretar un viaje que justo me acercaba a profesionales de la suicidología, o encontrarme con el bendito libro “El hombre en busca del sentido” de Viktor Frankl. Como también que pudiera contactarme con el presidente de la Asociación Argentina de Prevención del Suicidio, Lic. Carlos Martínez, donde inicié mi conocimiento sobre la Suicidología; por otro lado mis habilidades para la comunicación y estar dotada de una naturaleza empática que contribuyeron para el mismo fin: prevenir el suicidio fortaleciendo habilidades intrínsecas que evitará el inicio del proceso suicida.
El sentido del momento: no dejar pasar la oportunidad:
Quince años después, agradezco haber tenido las luces suficientes para “elegir” el camino correcto, porque es difícil aventurarse a ayudar a otros cuando ni sabes cómo saldrás de la propia situación o quién te ayudará.
Recuerdo que estaba consciente de mi sufrimiento y el de mi familia. Como también que la intensidad de ver a toda la familia desbastada, me obligaba a pensar “tengo que hacer algo, no puedo dejarlo así”. Siendo ese momento único el que propicio un cambio para nuestro bien; el mío y el de mi familia (mis hijas, sobrinos, hermanos y mi madre)
Por otro lado, muchas familias habían perdido a sus familiares por suicidio en mi ciudad, (año 2002), razón por la cual surge la necesidad de hacer algo más que conocer acerca de qué es el suicidio y cuales son (o fueron) los indicadores de riesgo. Investigue y conseguí algunas respuestas que tímidamente fui acercando a las personas en distintas exposiciones y encuentros orientativos con familiares de personas en riesgo de suicidio. Así nació la Asociación de Asistencia a los Familiares del Suicida (AAFASU) y que tantas satisfacciones nos da día a día.
Disfrutando del “hacer” a pesar de la circunstancias:
Hacerme consciente del dolor que corría por mis venas en aquel momento, fue toda una experiencia, el sentir profundamente cómo ese acontecimiento extremo, me obligaba a pensarme una y otra vez, para chequear mis inestables estados de ánimo y las maneras de actuar. No quería hacer algo impropio. Mi familia se sostenía porque conversábamos muchísimo sobre el tema y recordábamos las épocas lindas que vivimos con papá. Usaba el humor casi constantemente para mantener la moral alta y nos daba un buen resultado. Por lo menos, la risa ablandaba la tristeza de nuestras caras y comenzamos a disfrutar de aquellos momentos de re-encuentro y unión con mi madre y hermanos. Una calma inexplicable, efectiva y real que nos sirvió para planear las bases de una organización que ayudará a otros que pasaban por lo mismo que nosotros.
¿Cuál es la misión?
Mi padre se había suicidado en el año de mayor registro de suicidios en mi provincia (Catamarca – Argentina), calculándose un total de 59 casos. Según la Organización Mundial de la Salud, se ha comprobado que por cada suicidio consumado más de 200 personas se ven afectadas tanto por la cercanía familiar o de amistad, como por los contactos en las redes sociales. Entendiendo que formábamos parte de ese Grupo de Riesgo, comencé a formar un conocimiento y un entrenamiento que ni siquiera me daba cuenta, pero cada vez que trasmitía el mensaje se producía, y se produce aún, esa conformidad y esa respuesta oportuna que viene a poner calma en medio de la desesperación.
Se desarrolló en mí un temple y una habilidad para escuchar y contener de manera eficiente a personas y familias en riesgo suicida. Lo cual me brinda una enorme satisfacción y un agradecimiento con la vida que no tiene descripción.
A modo de conclusión:
Evidentemente el Doctor Viktor Frankl visionó él “para qué” de nuestra existencia ya que, en mi caso, no queda en la teoría, es vivencia pura. Es constatación que constantemente necesitamos para dar por cierto una suposición, y para mi es juntar la teoría con lo vivido, paso por paso.
Alguien me dijo una vez al finalizar una exposición sobre Viktor Frankl y su resiliencia en los campos de concentración, – “pero Viktor era un ser excepcional, no todos los prisioneros se sobrepusieron al holocausto, ni todos los hombres se pusieron a buscar su sentido de vida ahí… ”– a lo cual humildemente observe, “¿y no será que preferimos pensar así por la comodidad de no hacernos cargo de lo que esa búsqueda de sentido nos deparé? Digo, como una escusa, pensar que, solo Viktor Frankl o un puñadito de personas en el mundo, fueron los únicos excepcionales que lo hicieron”, aceptaron el compromiso y respondieron a la vida.
“El hombre en busca de sentido no es un título ingenioso para un libro. Es una definición de ser humano. El ser humano es un buscador de sentido” Viktor Frankl