Resumen y comentarios de un cursante sobre el módulo 6 del Diplomado en Logoterapia en línea
Por: Marcela del Campo
“El Hombre es hijo de su pasado, más no su esclavo.”
Pasamos por esta vida, y los procesos de crisis también pasan por nuestras vidas. Crisis de desarrollo; transición; existencial-espiritual; evolutivas; de omisión o traumáticas. Crisis, rompimiento, pérdida, dolor, desesperación, caos mental.
A todos nos toca, pero nadie nos enseña que no sólo es rechazo, soledad, caos, sino que también es una posibilidad, un momento de gran potencial y oportunidad de cambio.
Vivir la crisis como peligro o como oportunidad depende en gran parte de la actitud que adoptemos, lo que decidamos hacer con esa experiencia.
Si un hombre sufre, la única manera de traspasar ese dolor es dándole un sentido, porque el tiempo no cura, pero la actitud, el aprendizaje, una nueva jerarquía de valores, sí.
Las crisis nos dan la oportunidad de encaminar un profundo trabajo personal, para convertirnos en sujetos más sensibles, y poder divisar la transcendencia. ¿A quién puedo ayudar con mi aprendizaje? Por ello es que nadie es la misma persona después de una crisis.
Ante una pérdida es inevitable el duelo de la misma, es aceptar y procesar esa certeza de la pérdida. Atravesarlo y poder salir de ese proceso lo más entero posible. Poder trabajar los pendientes, las culpas, los hubieras y reemplazarlos por los bellos momentos, la aceptación y adaptación a una nueva realidad. Tiempo de soledad y tiempo de compañía.
El proceso de duelo hace presente al ausente. Y cuando podamos hablar, recordar, compartir el hecho sin gran movilidad emocional, el proceso de duelo estará resuelto.
El proceso de duelo es un hecho natural, elaborar la perdida para poder seguir viviendo sin aquello que perdimos, en cambio el trabajo de duelo no es natural, se da cuando quedan pendientes. Habrá que asumir y resignificar, convertir la culpa en responsabilidad, trabajar la transformación de uno mismo y lograr una evolución de conciencia, una nueva identidad, una nueva forma de vivir, encontrar nuevos intereses y tratar de descubrir un nuevo sentido para la transcendencia, un encuentro significativo con otros.
Si fuéramos educados para sobreponernos a la adversidad la superaríamos más fácil, podríamos resurgir más fuertes y más maduros. Llegar a ser resilientes a convertir la dificultad en oportunidades de crecimiento personal y grupal. Como expreso Frankl dejar surgir el poder desafiante del espíritu humano.
Para la física la resilencia es recuperar su forma anterior, evidentemente para las personas no será igual, pero si recuperar o descubrir todas nuestras capacidades, saber crecer y no quedarnos en el dolor. Ampliando la conciencia en el ejercicio de la libertad y la responsabilidad, la logoterapia ayuda a construir una existencia con valores y una actitud positiva frente a la vida y también nos ayuda a reconocer al ser humano como un ser multidimensional, capas de trascender sus obstáculos.